sábado, 16 de mayo de 2015

ALCOHOLISMO EN LA ADOLESCENCIA



ALCOHOLISMO EN LA ADOLESCENCIA



Durante la infancia los niños aprenden a identificar el alcohol con el mundo adulto, bien por el ejemplo de sus padres y madres, bien por la influencia de otros modelos sociales a través del cine, la televisión, etc.

La adolescencia es una etapa crítica para el inicio del consumo de sustancias adictivas. La imitación y el deseo de ser como los demás tienen un peso muy importante en el inicio del consumo de alcohol, siendo además incuestionable que la exposición temprana al alcohol es un claro predictor de una posible dependencia al alcohol en la edad adulta, multiplicando por cuatro el riesgo de desarrollar dependencia en quienes comienzan a beber antes de los 15 años, frente a los que lo hicieron a los 20.

USO, ABUSO, DEPENDENCIA Y ADICCIÓN AL ALCOHOL.

Existen diferentes tipos de consumo de alcohol, algunos son peligrosos y destructivos. Por ello es importante distinguir entre uso, abuso y dependencia del alcohol:

Uso: Hace referencia a aquel consumo que, por producirse con una frecuencia mínima y en cantidades pequeñas, no reporta al adolescente consecuencias negativas (físicas, psicológicas o sociales).

Abuso: Es aquel consumo que puede tener consecuencias muy negativas (agudas o crónicas) para los adolescentes, bien porque se superen determinadas cantidades, bien debido a las actividades que se realizan simultáneamente, como la conducción de un coche o de una moto,  o bien por determinadas características de la persona: ser muy joven, tener un problema de salud, consumir medicamentos.

Dependencia: Bebedores habituales que ya han desarrollado tolerancia ante al alcohol y por ello, cada vez tienen que beber mayores cantidades para conseguir el mismo efecto. Pueden llegar a presentar, como en otras drogodependencias, una conducta compulsiva por tomar alcohol de forma continuada o periódica.

CONSECUENCIAS DEL ALCOHOLISMO EN LA ADOLESCENCIA

La problemática derivada del consumo de alcohol en jóvenes tiene un carácter agudo, diferente a la del adulto, que es crónica.

Además, la defensa metabólica ante el alcohol es más baja en menores de 17 años, por lo que su consumo en estas etapas de la vida, puede producir más fácilmente alteraciones orgánicas y/o psicológicas.

Los principales problemas que puede ocasionar el alcohol son:

  • Alteraciones de las relaciones con la familia, compañeros y maestros.
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Empeora el aspecto físico: acumulación de grasas, acné.
  • Agresiones, violencias y alteraciones del orden público.
  • Adopción de conductas de alto riesgo, como conducir tras haber bebido o subir al coche o la moto de un amigo que ha bebido.
  • Realizar actividades sexuales de riesgo (sin protección) que pueden llevar a una adolescente a un embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual y SIDA.



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