lunes, 24 de octubre de 2016

Cuando llevar a mi hijo al Psicólogo

PSICOLOGÍA Y SALUD
Cuando llevar a mi hijo al Psicólogo

Ser padre o madre no es una tarea nada fácil, nadie nos ha formado para ello. Es un proceso lleno de incertidumbres, dudas, toma de decisiones… todo el mundo quiere darnos consejos y “recetas eficaces” que en muchas ocasiones, más que ayudarnos acaban por confundirnos aún más.

Como padres conocemos las emociones y reacciones de nuestros hijos, por lo general, solemos interpretar adecuadamente cuando se siente triste o alegre, cuando está cansado o nervioso, cuando tiene hambre o está aburrido. Sin embargo, puede ocurrir que observemos comportamientos que nos hagan preguntarnos si lo que le pasa a nuestro hijo es “normal” o no. A veces, es precisamente la ausencia de estos comportamientos la que nos de la señal de alarma. 

Aquí viene una de las grandes dudas: ¿Debo llevar a mi hijo/a al psicólogo? En este momento se nos mezclan en la cabeza todos los miedos, la desinformación y la cantidad de mitos asociados a este tema, lo que hace que nos replanteemos o que incluso desestimemos la posibilidad de pedir ayuda.

Antes de enumerar una lista de motivos por los que los niños (o los padres) pueden requerir apoyo psicológico me gustaría remarcar un punto que muchas veces pasamos por alto: Los niños y adolescentes pueden sufrir. 

Puede parecer una afirmación innecesaria, pero muchas veces, desde nuestra perspectiva de adultos, entendemos la infancia y la adolescencia como una época libre de responsabilidades y problemas, sin atender a la realidad que viven muchos niños y jóvenes por diferentes motivos, que les dificultan e interfieren en su día a día. 

Podemos estar más o menos preparados para afrontar un determinado sufrimiento, de ahí que algunos niños encuentren los recursos necesarios para hacerle frente y otros presenten mayor dificultad.

Toda conducta es consecuencia de algo.

psicologa infantil tenerife¿A qué nos referimos? A que la forma más clara por la que vamos a valorar si nuestro hijo está sufriendo es mediante el análisis de su conducta y sus emociones. Generalmente nos preocupamos cuando vemos que una conducta se repite con frecuencia, o cuando el niño o adolescente ha respondido de forma intensa ante una situación puntual. Por otra parte, suele ser más fácil que padres (o profesores) detecten la necesidad de recurrir a un profesional cuando la conducta del niño resulta molesta para las personas que le rodean (desobedece, es muy inquieto, agrede, tiene rabietas etc) que cuando no se manifiestan tan abiertamente pero igualmente pueden estar causando gran malestar en el niño (bajo estado de ánimo, ansiedad, apatía). A veces sucede que lo que nos llama la atención es la ausencia de una determinada conducta .

Muchas de las conductas que nos preocupen pueden corresponder a aspectos normales del desarrollo evolutivo de nuestros hijos. En estos casos puede que no sea necesario intervenir o que únicamente se requieran unas mínimas pautas, generalmente a los padres, para ajustar ciertos comportamientos que nos sobrepasan.

¿Qué conductas necesito observar?

Llevar al niño al psicólogo en tenerife
Podemos no tener claro qué le sucede a nuestro hijo, pero hemos visto que su conducta puede darnos pistas sobre lo que le puede estar ocurriendo. Algunas serán normales dentro del punto de vista evolutivo y otras serán señales de alerta que nos indican que puede estar sufriendo. Estos son algunos de los motivos de consulta más frecuentes por los que los padres buscan ayuda.

En ocasiones la respuesta del niño ante un malestar es interiorizar el problema, no manifiesta abiertamente lo que le sucede, sin embargo notamos cambios significativos en su forma de comportarse ya que podría estar soportando malestar emocional. Puede manifestar comportamientos depresivos, sentirse triste o reaccionar de forma irritable, que le notemos más apagado o cansado, con falta de iniciativa para hacer cosas con las que antes disfrutaba. Que se aísle o se muestre poco comunicativo con nosotros o con su entorno, o que le cueste relacionarse con sus compañeros o amigos y prefiera jugar solo.

A veces esta tendencia a interiorizar el malestar se ve reflejada en una tendencia al retraimiento, puede mostrarse excesivamente tímido/a en presencia de adultos o de otros niños o presentar cambios en su forma de jugar que nos llama la atención. También debemos observar si dedica tiempo excesivo a video juegos o al ordenador, pues puede utilizarse como refugio.

Muchos niños sienten miedos, es frecuente y normal en el proceso de desarrollo evolutivo. Sin embargo, en ocasiones estos miedos son excesivos o desproporcionados, se presentan con elevada ansiedad e interfieren en la vida del niño y sus familiares (no quiere ir al colegio, no duerme solo etc). Puede ser que anticipe y se preocupe excesivamente por lo que puede suceder, sintiendo elevado sufrimiento por ello.

Una de las formas más frecuentes en la que se observa el malestar interno a nivel emocional es mediante la aparición de quejas somáticas. Los mareos, dolores de barriga o de cabeza, vómitos o cansancio sin causa médica aparente podrían ser el reflejo de que el niño está somatizando un malestar que le desborda y no sabe cómo hacerle frente.

Por otra parte, puede ser que el niño o adolescente externalice el malestar. Es entonces cuando nos encontramos con problemas relacionados con alteraciones de conducta en todo el espectro de gravedad: Desde enfados, celos, rabietas, desobediencia, conductas repetitivas etc. hasta problemas de falta de límites, impulsividad, conductas agresivas o delictivas. Obviamente será fundamental intervenir y trabajar para establecer pautas que regulen este tipo de comportamientos antes de que puedan agravarse.

¿Qué otros comportamientos pueden darme pistas?

Todo lo que incluya cambio en los hábitos y las rutinas. Esto es motivo de consulta en sí mismo y muchas veces es la consecuencia, el indicador que nos alerta que algo no está yendo como debería.

En este sentido podemos observar problemas de sueño, a la hora de conciliarlo, insomnio, pesadillas, miedo a dormir solo, que moja la cama por la noche etc. También son frecuentes los problemas de alimentación a determinadas edades: no quiere comer, rechaza determinados alimentos, o por el contrario come en gran cantidad y sin medida alimentos no recomendables. Puede darse el caso de enuresis o encopresis, cuando el niño tiene problemas para controlar los esfínteres a una edad que ya se espera que lo haga por grado de desarrollo, en estos casos después de una valoración adecuada puede ser necesario intervenir para regular hábitos

Mención especial requieren los problemas de rendimiento académico, por su frecuencia y porque suele ser uno de las primeras señales de alarma que padres y profesores detectan. Si lo pensamos es lógico, los niños están sometidos a evaluación continua de sus resultados escolares, no así de su estado emocional, por lo que cualquier cambio: bajas notas, problemas de concentración, despistes, falta de atención, olvidos, mal hábito de estudio, dificultades de aprendizaje etc. se detectan con rapidez. Es en este contexto donde se suele detectar el llamado Trastorno por Déficit de Atención con o sin hiperactividad (TDAH).

Psicologa acoso escolar tenerifeRespecto al tema escolar es importante atender a los miedos, rechazo a ir al colegio o elevada ansiedad, además de a síntomas mencionados anteriormente como el estado de ánimo bajo, ya que podrían estar enmascarado un problema de acoso escolar, bullying o ciberbullying, con las graves consecuencias que esto puede conllevar a nivel emocional.

Es interesante atender a los retrasos en el desarrollo. ¡Pero ojo!, debemos aclarar algo, el desarrollo de los niños no es perfectamente lineal, frecuentemente tendemos a comparar la consecución de hitos del desarrollo (andar, hablar, controlar esfínteres etc.) con los de otros niños cercanos, creando frecuentes insatisfacciones y frustraciones. 

En estos momentos surgen las temibles dudas ¿Qué estaré haciendo mal? ¿Tiene mi hijo/a algún problema? Tenemos que tener en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo en la adquisición de las áreas de desarrollo, relacionado principalmente con aspectos madurativos y de estimulación, sin embargo existen unas orientaciones en cuanto al margen de edad aproximada a la que lograrlos. 

¿Cuándo pedir ayuda?

Ante cualquier duda sobre si nuestro hijo presenta algún problema, te recomendamos que no lo dejes pasar, detectarlo y tratarlo a tiempo aliviará el malestar y evitará consecuencias afecten a su desarrollo. 

Puedes empezar por hablar con él de forma amable, receptiva y empática, dedicándole tiempo y atención plena, atendiendo a sus necesidades y dándole verdadera importancia a sus preocupaciones. 

Ten en cuenta que la comunicación en familia constituye la base para que se sientan seguros y apoyados y puedan comunicar cualquier dificultad. Ante la duda, es recomendable que preguntemos a un profesional ya que detectar e intervenir a tiempo puede evitarnos dificultades en el futuro y podemos ahorrarnos temores innecesarios.

¿Que hacer para proteger a mi hijo/a?

PSICOLOGÍA Y SALUD
Abuso sexual infantil 
¿Que hacer para proteger a mi hijo/a?

El abuso sexual infantil está considerado como una forma directa de maltrato infantil. Es un problema REAL, que, aunque nos parezca increíble, afecta a muchísimos menores de todos los países. 
Entre el 70 y el 80% se producen por un abusador conocido, en el que el niño confía ¿Sorprendido/a? Pues además hay que tener en cuenta que resulta difícil obtener datos precisos, debido a características propias de la situación de abuso: los niños ocultan información, pueden tener relación familiar con el agresor, la mayoría de los casos no se denuncian etc. por lo que estos datos podrían ser incluso mayores.

El abuso sexual supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño, puede dejar secuelas físicas y psicológicas que pueden extenderse hasta la edad adulta.

Todo niño tiene derecho a estar seguro y protegido

¿Puedo hacer algo para proteger a mi hijo/a de la violencia sexual? 

La respuesta es SI. Como padres tenemos la obligación de garantizar la seguridad y protección de nuestros hijos, sin embargo, muchas veces por desinformación, no tenemos en cuenta tratar determinados temas que no consideramos necesarios, nos dan vergüenza o nos cuesta hablar. Este no puede ser el caso de la sexualidad, pues las consecuencias de no favorecer una adecuada comunicación al respecto pueden ser graves, especialmente a la hora de acabar con episodios de abuso.

Por una parte, tenemos que capacitarnos nosotros, los adultos. Debemos informarnos y comprender cómo ayudarles, tanto ofreciendo una adecuada educación sexual a nuestros hijos que ayude a prevenir, como sabiendo cómo actuar en caso de que nos comuniquen una agresión. Esto significa estar preparados para mantener conversaciones “comprometidas” y tener las respuestas adecuadas. Ten en cuenta que dar largas o no atender dudas en un momento determinado puede pasarnos factura después, el niño puede considerar que se trata de un tema tabú y no encontrar un adulto de apoyo en caso de necesitarlo.

Por otra parte, debemos capacitar a nuestros hijos. Obviamente esto no significa responsabilizarles de su propia protección, pero si es necesario darles un papel activo a la hora de autoprotegerse, formándoles y enseñándoles como discriminar conductas inadecuadas por parte de otras personas. 

Estas son algunas pautas para ayudarte a proteger a tus hijos ante la violencia sexual:

  • Habla con ellos: Parece obvio, pero hoy en día nos sorprenderíamos de la cantidad de familias en las que no se habla de este tema con los hijos. Es necesario hablar para ayudarles a protegerse, sin dar la imagen de que todo el mundo es peligroso pero sí es necesario conocer una serie de riesgos a los que pueden verse expuestos. Habla de sexualidad sana y de la existencia de abusos (usando siempre un lenguaje adaptado, pero no camuflado). Tienen que comprender que su cuerpo les pertenece, que hay formas de tocar buenas y malas, y que no todos los secretos son iguales.
  • No delegues toda la responsabilidad de su educación sexual al colegio: Es cierto que en los centros educativos se deberían tratar estos temas en algún momento, sin embargo eso no te exime de la responsabilidad de tratarlo tú también. El tiempo dedicado en familia, así como la expresión de muestras de cariño que utilizamos son una gran oportunidad que debemos aprovechar, por ejemplo para explicar qué muestras de cariño son adecuadas (y por tanto tolerables) y cuales no.
  • Enséñale a decir NO: Nos esforzamos a diario porque obedezcan, cumplan con sus obligaciones, no rechacen nuestras peticiones. Sin embargo no tenemos en cuenta que en ciertas situaciones el niño debe estar preparado para negarse a realizar este tipo de peticiones. Recordemos que en la mayor parte de los casos proceden de adultos, con confianza, muchos de ellos incluso familiares directos. ¿Si aprendo a que a los adultos hay que obedecerles siempre, cómo voy a negarme ante una practica de este tipo? Por tanto hay que diferenciar no sólo quién me da la orden, sino lo que me piden que haga.
  • Propónle situaciones problema y pregúntale cómo las resolvería: Igual que le enseñamos cuidadosamente a no cruzar con el semáforo en rojo por su seguridad, debemos enseñarle que existen una serie de situaciones (alguien te invita a ir a su casa ofreciéndote algo interesante, alguien te pide que te quites la ropa, alguien mayor te habla de sexo o te toca y te pide que no se lo cuentes a nadie, alguien amenaza con hacerte daño a ti o a tu familia si no le haces caso…) que también pueden suponer peligro y el menor debe estar preparado/a para afrontarlas. Debate con los niños sobre las posibles soluciones que aporten y explícales qué es lo que deben hacer en cada caso.
  • Enséñales la Regla de Kiko. Es una sencilla guía elaborada por el consejo de Europa para ayudar a familias y educadores a prevenir actos de abuso sexual contra los niños. Se trata de explicarles dónde no deben permitir que otras personas les toquen, especialmente aquellas partes de su cuerpo cubiertas por la ropa interior. Dedicaremos un post entero a explicarte este programa próximamente.










¿Que hacer para proteger a mi hijo/a?

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Abuso sexual infantil 
¿Que hacer para proteger a mi hijo/a?

El abuso sexual infantil está considerado como una forma directa de maltrato infantil. Es un problema REAL, que, aunque nos parezca increíble, afecta a muchísimos menores de todos los países. 
Entre el 70 y el 80% se producen por un abusador conocido, en el que el niño confía ¿Sorprendido/a? Pues además hay que tener en cuenta que resulta difícil obtener datos precisos, debido a características propias de la situación de abuso: los niños ocultan información, pueden tener relación familiar con el agresor, la mayoría de los casos no se denuncian etc. por lo que estos datos podrían ser incluso mayores.

El abuso sexual supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño, puede dejar secuelas físicas y psicológicas que pueden extenderse hasta la edad adulta.

Todo niño tiene derecho a estar seguro y protegido

¿Puedo hacer algo para proteger a mi hijo/a de la violencia sexual? 

La respuesta es SI. Como padres tenemos la obligación de garantizar la seguridad y protección de nuestros hijos, sin embargo, muchas veces por desinformación, no tenemos en cuenta tratar determinados temas que no consideramos necesarios, nos dan vergüenza o nos cuesta hablar. Este no puede ser el caso de la sexualidad, pues las consecuencias de no favorecer una adecuada comunicación al respecto pueden ser graves, especialmente a la hora de acabar con episodios de abuso.

Por una parte, tenemos que capacitarnos nosotros, los adultos. Debemos informarnos y comprender cómo ayudarles, tanto ofreciendo una adecuada educación sexual a nuestros hijos que ayude a prevenir, como sabiendo cómo actuar en caso de que nos comuniquen una agresión. Esto significa estar preparados para mantener conversaciones “comprometidas” y tener las respuestas adecuadas. Ten en cuenta que dar largas o no atender dudas en un momento determinado puede pasarnos factura después, el niño puede considerar que se trata de un tema tabú y no encontrar un adulto de apoyo en caso de necesitarlo.

Por otra parte, debemos capacitar a nuestros hijos. Obviamente esto no significa responsabilizarles de su propia protección, pero si es necesario darles un papel activo a la hora de autoprotegerse, formándoles y enseñándoles como discriminar conductas inadecuadas por parte de otras personas. 

Estas son algunas pautas para ayudarte a proteger a tus hijos ante la violencia sexual:

  • Habla con ellos: Parece obvio, pero hoy en día nos sorprenderíamos de la cantidad de familias en las que no se habla de este tema con los hijos. Es necesario hablar para ayudarles a protegerse, sin dar la imagen de que todo el mundo es peligroso pero sí es necesario conocer una serie de riesgos a los que pueden verse expuestos. Habla de sexualidad sana y de la existencia de abusos (usando siempre un lenguaje adaptado, pero no camuflado). Tienen que comprender que su cuerpo les pertenece, que hay formas de tocar buenas y malas, y que no todos los secretos son iguales.
  • No delegues toda la responsabilidad de su educación sexual al colegio: Es cierto que en los centros educativos se deberían tratar estos temas en algún momento, sin embargo eso no te exime de la responsabilidad de tratarlo tú también. El tiempo dedicado en familia, así como la expresión de muestras de cariño que utilizamos son una gran oportunidad que debemos aprovechar, por ejemplo para explicar qué muestras de cariño son adecuadas (y por tanto tolerables) y cuales no.
  • Enséñale a decir NO: Nos esforzamos a diario porque obedezcan, cumplan con sus obligaciones, no rechacen nuestras peticiones. Sin embargo no tenemos en cuenta que en ciertas situaciones el niño debe estar preparado para negarse a realizar este tipo de peticiones. Recordemos que en la mayor parte de los casos proceden de adultos, con confianza, muchos de ellos incluso familiares directos. ¿Si aprendo a que a los adultos hay que obedecerles siempre, cómo voy a negarme ante una practica de este tipo? Por tanto hay que diferenciar no sólo quién me da la orden, sino lo que me piden que haga.
  • Propónle situaciones problema y pregúntale cómo las resolvería: Igual que le enseñamos cuidadosamente a no cruzar con el semáforo en rojo por su seguridad, debemos enseñarle que existen una serie de situaciones (alguien te invita a ir a su casa ofreciéndote algo interesante, alguien te pide que te quites la ropa, alguien mayor te habla de sexo o te toca y te pide que no se lo cuentes a nadie, alguien amenaza con hacerte daño a ti o a tu familia si no le haces caso…) que también pueden suponer peligro y el menor debe estar preparado/a para afrontarlas. Debate con los niños sobre las posibles soluciones que aporten y explícales qué es lo que deben hacer en cada caso.
  • Enséñales la Regla de Kiko. Es una sencilla guía elaborada por el consejo de Europa para ayudar a familias y educadores a prevenir actos de abuso sexual contra los niños. Se trata de explicarles dónde no deben permitir que otras personas les toquen, especialmente aquellas partes de su cuerpo cubiertas por la ropa interior. Dedicaremos un post entero a explicarte este programa próximamente.










SABES COMO LIDIAR CON EGOCÉNTRICOS

PSICOLOGÍA Y SALUD
SABES COMO LIDIAR CON EGOCÉNTRICOS

¿Estás harto de compañeros hipercríticos que menosprecian tu trabajo? ¿No recuerdas la última vez que tu pareja reconoció un error? ¿No puedes soportar que tu jefe/jefa te siga responsabilizando de sus propios fallos? 
Si los egocéntricos están acabando con tu paciencia, te recomendamos que no te pierdas lo que tenemos que contarte, podría salvarte de más de un dolor de cabeza.

            Los egocéntricos son aquellos que creen que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás. 
Intentan a toda costa que se acepten sus puntos de vista y no aceptan, bajo ningún pretexto, la posibilidad de estar equivocados. 
Son muy críticos con todo aquel que piense diferente y tienden a menospreciar a los demás. 

Nuestra sociedad actual, que nos hace creer que nos dividimos en triunfadores y perdedores, es un caldo de cultivo perfecto para que esta forma de actuar vaya consolidándose, arraigándose en pensamientos, emociones y conductas, y acabe generando en algunas personas lo que conocemos como Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP).

Las personas con TNP son exageradamente ambiciosas, muy sensibles a la evaluación de los demás e incapaces de reconocer los sentimientos y necesidades de los otros. Es común en estas personas el sentimiento de creerse únicos y especiales, y que solo lo pueden comprender aquellos que son tan especiales con ellos. Además, cuentan con expectativas poco razonables de recibir un trato especial y son propensos a la explotación interpersonal, es decir, intentan sacar provecho de los demás para lograr sus propios objetivos.

Aquí los dejamos algunas pautas para enfrentarse a un egocéntrico/narcisista
  • Debes reconocer sus méritos de manera justa, pero no adularlo. Son muy competitivos y conviene abarcar el tema e intentar transformar esta competitividad en cooperación, para hacerles tomar la perspectiva de los otros.
  • En el plano sentimental, ten cuidado porque pueden aparentar ser parejas encantadoras. Mantén los pies en el suelo y no entrés en su juego de “sentirse especial”.
  • Cuando el ególatra/narcisista es el jefe, mucho cuidado a la hora de hacer la crítica, porque por supuesto, la culpa no puede ser suya. Lo ideal es empezar comentando algo positivo, para después hacer la crítica más concreta posible.
  • Por último, si crees que puedes influir en una persona con este problema, o incluso si tú mismo has reconocido rasgos de tu personalidad al leer este artículo, recuerda que el consejo número uno contra el egocentrismo y el narcisismo es reconocer el problema 
















sábado, 22 de octubre de 2016

ESTIMULAR EL LENGUAJE DE SU HIJO MEDIANTE EL JUEGO

PSICOLOGÍA Y SALUD

ESTIMULAR EL LENGUAJE DE SU HIJO 
MEDIANTE EL JUEGO
madre e hija jugando

Gran parte del crecimiento de los niños consiste en la adquisición de conocimientos que le permitirán descubrir y relacionarse con su entorno, los cuales, al ser parte de su cotidianidad, pasan desapercibidos por las personas que los rodean o bien, no se detienen a analizar la importancia que tienen para su aprendizaje.

Actividades como caminar, comer, comunicarse e interactuar con los demás, son manifestaciones individuales, cotidianas y exteriorizadas por el niño de manera “espontánea”, las cuales, si analizamos a fondo, contribuyen al establecimiento de procesos cognitivos que fortalecerán su desarrollo de manera integral y que permitirán que el niño se ubique dentro de su realidad inmediata de manera activa.

Lo anterior es manifestado y adquirido por el niño, generalmente mediante situaciones lúdicas en las que su evolución está condicionada por el contexto social en el que se desenvuelve y éstas a su vez, le permitirán la consolidación de habilidades y destrezas que fortalecen su desarrollo. 

Es decir, todas las actividades que realiza el niño, en su mayoría, las aprende y las manifiesta mediante el juego, que le permite aprender y desarrollarse en diferentes áreas (motriz, cognitiva, social).

Por ello, es importante que los padres de familia jueguen con los niños, tomando en cuenta que, aunque en los primeros años de vida, el juego es espontáneo y libre, éste se puede dirigir de manera estratégica para alcanzar el desarrollo del lenguaje, siempre y cuando el juego se dé a partir de los intereses del niño, sin presiones y estimulando su imaginación y creatividad para propiciar la respuesta por parte de ellos.

De esta manera, al concebir el juego como una estrategia de comunicación e interacción, se estimulará el conocimiento del pequeño y sus habilidades para entablar un diálogo con las personas que lo rodean, y lo llevará a crear nuevas formas para responder a su entorno.

Se recomienda que para llevar a cabo lo anterior, se establezcan medios organizados utilizando materiales llamativos para los niños y que de preferencia, esos sean seleccionados por ellos mismos para dar seguimiento al juego.

Entre algunas de las actividades que se recomiendan para el desarrollo del lenguaje de los niños mediante el juego, podemos sugerir las siguientes:

  • Juegos para la estimulación de la discriminación auditiva: Éstos pueden ser realizados mediante el uso de sonajas, pelotas.
  • Para la ampliación de vocabulario: Juego con cochecitos (sonidos onomatopéyicos), Juegos con animales (sonidos, conocimiento de los nombres de los animales), juego de “Veo, veo” mediante el uso de imágenes (se estimula la observación y la ampliación de vocabulario), juego de campos semánticos (animales, transportes, frutas, naturaleza.
  • Juegos para estimular la fluidez: Juego con rondas, juegos con trabalenguas, todos aquellos que permitan fortalecer el ritmo en el habla.
  • Para fortalecer descripción y seguimiento de instrucciones: Se recomienda utilizar materiales para la construcción como puzzles, plastilina, piezas de construcción (Lego City) Piezas de cartón para hacer una carretera (podemos hacer preguntas cómo: ¿Dónde pongo esta pieza?, ¿Qué quieres construir?, ¿Cómo lo hacemos?, ¿Qué es?)
  • Para identificación y nombramiento de conceptos abstractos de forma, color y tamaño: Juego con ensambles, (¿Qué color va?), Juego de diferentes piezas y tamaños (¿Cuál es el más grande?), establecer diferencias.
  • Juegos para la estructuración del habla: Juego de frases incompletas, adivinanzas, juegos que estimulen la función imaginativa que propicien un diálogo y lleven a los niños a regular o describir sus acciones (juego con muñecos, juego de “la mamá”, “el papá”, “la escuelita”), que crearán y modificarán el contexto del juego de acuerdo a los intereses del niño.
Es importante destacar que, a mayor estimulación de los sentidos del niño mediante el juego, mayores serán los beneficios y, por ende, más significativas serán sus respuestas y avances al respecto, por lo que se recomienda tomar en cuenta materiales con colores atractivos (visual), juegos que incluyan el uso de música para el ritmo y la fluidez (auditivo), deben ser materiales que puedan ser manipulados por los niños (kinestésico).











martes, 18 de octubre de 2016

Tu hijo puede estar sufriendo Acoso Escolar

PSICOLOGÍA Y SALUD
¿Tu hijo puede estar sufriendo Acoso Escolar?

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Acoso escolar: Señales para reconocerlo y abordarlo.

Hace unos días me preguntaban unos padres cómo actuar ante la posibilidad de que su hijo estuviera sufriendo acoso escolar. Ambos estaban muy preocupados y sin saber muy bien qué hacer al respecto. 

Les dije que es muy importante analizar si efectivamente se trataba de acoso escolar y que para eso debían estar alerta a todas las señales.

Tanto el acoso escolar en el ámbito educativo como el ciberacoso son formas de violencia entre menores que se dan en el contexto del colegio o a través de las redes sociales. Así pues, como en cualquier otra demostración de violencia hay que intervenir y actuar en consecuencia.

Las señales fundamentales a las que habrá que prestar especial atención son:
    acoso escolar
  • Si se producen cambios de humor por parte del menor.
  • Posibles cambios en su comportamiento o actitud.
  • Evitar hablar de aquello que hace en el colegio o con sus compañeros.
  • No querer ir al colegio.
  • Pérdida de motivación por el estudio.
  • Manifestaciones por parte del menor de angustia, malestar, dolor de estómago, dolor de cabeza…




En el caso de que se observen estas señales en un menor, los padres deben plantearse si su hijo está sufriendo acoso escolar en alguna de sus variantes; insultos, burlas, amenazas, agresiones físicas.
Es importante actuar con la mayor urgencia posible con el fin de frenar cuánto antes la situación, el sufrimiento del niño y su preocupación.

  • El mejor modo de intervenir ante la situación, será desde la calma:
  • Es muy importante saber escuchar y hablar con tu hijo. Favorecer el hecho de tener una buena comunicación será fundamental también para poder manejar en esta situación.
  • Hay que hacerle saber que él no ha hecho nada para que se de esta situación. Él no tiene la culpa.
  • Será muy importante potenciar su autoestima dañada. Para ello, probablemente haga falta contar con ayuda profesional.
  • El centro educativo deberá estar al tanto de lo sucedido. Los padres deberán ponerlo en conocimiento del centro, sólo de esta forma podrá estar alerta ante cualquier suceso relacionado con este hecho u otros del mismo tipo.
  • Ayudar a tu hijo a desarrollar estrategias de afrontamiento y para ello, favorecer el que pueda ampliar su grupo de amistades será muy beneficioso para el niño. Ver que todos los demás no son como las personas que le han hecho tanto daño, le ayudará.
  • Decir a tu hijo que no debe responder a las agresiones, que debe guardar las posibles pruebas del acoso escolar y que debe bloquear, en caso del ciberacoso, al agresor.
  • Los padres deben denunciar lo que está sucediendo.
  • Así pues, si sospechas que tu hijo pueda estar sufriendo acoso escolar, no esperes mas; Actúa!!












lunes, 17 de octubre de 2016

MENORES EN LAS REDES SOCIALES

PSICOLOGÍA Y SALUD
MENORES EN LAS REDES SOCIALES
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación nos proporcionan herramientas de acceso libre como las redes sociales, que aportan para jóvenes y adultos, tanto beneficios como riesgos. 

En este artículo hablaremos de los riesgos que pueden encontrarse los menores en las redes sociales.

No nos extraña hoy en día ver el uso excesivo que hacemos de los teléfonos móviles echando un simple vistazo a nuestro alrededor mientras vamos por la calle, en transporte público, en bares y restaurantes, etc. 

Vamos permanentemente conectados e interactuando, en muchas ocasiones  pasando el límite de lo que sería un uso adecuado, pudiendo llegar a convertirse en abuso y adicción.

Para los menores, especialmente por la etapa de la vida en que se encuentran, no tener buenos límites y control externo por parte de padres y adultos, el uso de las redes sociales virtuales (WhatsApp, Facebook, Instagram, etc.) puede entrañar una serie de riesgos.


Resultado de imagen para redes sociales logosLa edad legal para que un menor pueda tener perfil en una red social son 14 años, pero antes de esa edad muchos pre-adolescentes ya lo tienen. 
Para ellos tener móvil es igual a hacerse mayor, y tener acceso a redes virtuales también. 
El atractivo que encierran es que sirven de diversión, para mantenerse en interacción con  los demás, de momentos de ocio… pero a la vez, los jóvenes son especialmente vulnerables por su necesidad de búsqueda de autonomía, por la importancia que le dan a los iguales en esa etapa mucho más que a los adultos, por la búsqueda de la propia identidad y sentir que forman parte de un grupo donde se les acepta y sentir que pueden gustar a los demás. 

Se trata de una etapa de cambios psicológicos y en el propio cuerpo y la red social puede facilitar la superación de la timidez en la relación con los demás. 
Por  tanto pueden cubrir necesidades psicológicas básicas en los menores, como es hacerse visible ante los demás, reafirmarse ante los iguales, etc. No hay duda de que todo esto aumenta sus emociones positivas.

Los riesgos más importantes a tener en cuenta para los menores en las redes sociales son:
  • El fácil acceso a contenidos inadecuados en la  red.
  • La perdida de la Intimidad.
  • El Ciber acoso.

Podemos considerar que se existe un abuso de las nuevas tecnologías cuando se aumenta progresivamente el tiempo que se dedica a su uso.

Y respecto a los factores de protección familiares para los menores en las redes sociales, es muy importante establecer y fomentar el diálogo y la comunicación, establecer buenas normas y límites para el uso del móvil, pc, tablets y tiempos que pueden disponer para interactuar en las redes sociales, y como no, ofrecer un buen ejemplo a los menores con conductas saludables.









jueves, 13 de octubre de 2016

COMO BRINDAR AFECTO A MI PAREJA

PSICOLOGÍA Y SALUD
¿CÓMO BRINDAR AFECTO A MI PAREJA?

Resultado de imagen para como demostrar amor a tu pareja


Cada persona tiene canales preferidos por los cuales recibe afectos y reconocimiento. Estos canales hacen que las personas tengan diferentes necesidades:

Kinestésicos. Son personas que les agrada y necesitan ser abrazados, acariciados, que les den un masaje, les rasquen la espalda o que los toquen frecuentemente.

Auditivas. Prefieren que se les demuestre el afecto a través de mensajes positivos, por ejemplo: “estoy orgulloso de ti”, “eres inteligente y muy creativo”, “me agrada pasar tiempo contigo”… También les agrada oír palabras de afecto, por ejemplo escuchar que se les quiere o aprecia.

Verbales. Les agrada hablar, contar sobre aspectos personales y ser escuchados. Escucharlos con atención si quieren hablar con nosotros, haciendo contacto visual permanente durante ese tiempo es una buena forma de que se sientan amados.

Activos. Les agrada hacer cosas y ser acompañados en ello. Desean que el amor se les sea demostrado con acciones, por ejemplo que les ayuden a hacer las labores de la casa o que cuiden el dinero que produce con tanto esfuerzo, que compartan con ellos las salidas, reuniones sociales, las compras o actividades en general, etc. 

Además les agrada dar y recibir obsequios o detalles de manera de sentir que se acuerdan de él o que lo consideran especial.

En principio, descubra cuál es el canal preferido de su pareja, puede optar por preguntarle directamente:: “¿Qué puedo hacer para que tú te sientas más querido (a)?”. 

Muchas veces intentamos dar afecto por canales que no son los preferidos por el otro. 

Por ejemplo le pago a mi esposa su gimnasio y su ropa pero quizás ella lo que desea son palabras de afecto o quizás que me dé un tiempo para escucharla. 

Quizás le digo constantemente a mi esposo que lo quiero pero él lo que desea es que le demuestre mi afecto con acciones, por ejemplo que le acompañe a sus reuniones sociales. 

Quizás si sabemos qué necesita pero nos colocamos en una posición defensiva o de rebeldía: “Si él no me demuestra su cariño entonces por qué yo tengo que hacerlo?”.

En la sabiduría de una versículo bíblico encontramos un buen consejo “El amor no busca lo suyo, ni es egoísta”. Entonces ¿por qué no brindar con desprendimiento lo que necesita y le hará bien al otro?























ADICTO AL CELULAR

PSICOLOGÍA Y SALUD

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En el centro de tratamiento de adicciones sociales Cetras situado en Vallodolid se han convertido ya unos expertos en este terreno debido a que mantienen en tratamiento ya a seis pacientes, aunque están convencidos de que este fenómeno es mucho más profundo. \"Se estima\", dice el psiquiatra Blas Bombin, \"que una de cada mil personas puede hacerse adicto al móvil o estar muy próximo en serlo\".

Los jóvenes los más propensos

A diferencia de otras adicciones, como el alcoholismo o la ludopatía, la edad de inicio es muy baja, desde los doce años, debido entre otras causas al fácil acceso que los menores tienen a este sistema de comunicación y también al no existir efecto rechazo, sino todo lo contrario, por parte de la sociedad a su uso.

"En este caso no se trata de una sustancia sino que el vínculo es CONDUCTUAL". 

Es una conducta irreprimible, incontrolable y exagerada que desplaza a otras actividades y en la adicción al móvil subyace lo que en cualquier otra dependencia de este tipo: Un carácter inmaduro, inseguridad en uno mismo, inestabilidad y dificultades de comunicación. 

El objeto, el celular en este caso, es un sustituto de las parcelas de la personalidad que están en déficit. Recurren al hurto, a la mentira porque la adicción anula las facultades de gobierno de la persona. \"El principio del placer gana al de la realidad\"

Sin grandes diferencias entre los dos sexos, son más habituales en familias desestructuradas lo que lleva a una privación de afecto, también está ligada al fracaso escolar o amoroso. 

En definitiva, subyacen sentimientos negativos hacia uno mismo, frustración, desagrado sobre la propia forma de ser; lo que lleva al adicto a tener dificultades para relacionarse y se oculta en el móvil, el \’chatear\’ proporciona anonimato, suple inhibiciones.


¿Es usted adicto?

En el caso de los teléfonos móviles no hay una prueba bien definida para comprobar si es o no adicto, como la hay para Internet, el juego o las drogas. Pero, con la ayuda de Luis Bononato, de Proyecto Hombre, y un poco de sentido común, aquí tiene una serie de pistas. 

1. La factura es el primer aviso. Por muy saneada que esté la economía familiar, el precio de los celulares son excesivos. Aunque la cifra dependerá de cada familia y del uso que haga del teléfono.. 

2. Si el teléfono es un medio para comunicarse con sus amigos, ¿para qué lo sigue usando cuando los tiene al lado? Cada vez es más frecuente a personas cada uno con el móvil en la mano y sin hablar entre sí. 

3. Otro síntoma es que nunca se separan del teléfono. Lo llevan al baño, durante la comida, ante el televisor, en las reuniones familiares... 

4. ¿Habla por los codos cuando se trata de una conversación telefónica y, sin embargo, se vuelve parco en palabras cara a cara? 

5. Se pasa de una sensación de malestar a otra de bienestar en función de tener o no tener el teléfono móvil cerca. En muchos casos, se ponen nerviosos si no aparece. Nerviosismo que cesa al encontrar el terminal. 

6. Modificación de hábitos del sueño. ¿Sorprende a su hijo llamando a altas horas de la madrugada desde la cama? ¿Percibe que duermen poco y mal? 

7. Otro efecto del abuso del móvil es su estado de lejanía, la disminución de la cantidad y calidad de la comunicación con hermanos y padres. Aunque este fenómeno es típico de la adolescencia y es difícil de medir. 

8. No hay un número de horas a partir del cual se puede afirmar que se está ante un uso patológico del teléfono, pero los expertos dan una pista. ¿Qué cosas esta dejando de hacer por estar llamando? Ver la televisión, jugar, estudiar o el abandono de otras obligaciones. Es conveniente comparar con lo que hacen los chicos de su edad. 

9. Hay que contrastar lo que se observa en casa con el colegio.
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lunes, 10 de octubre de 2016

MADRES TOXICAS

PSICOLOGÍA Y SALUD

MADRES TOXICAS.

En el ámbito de la familia existen todo tipo de personas que, en ciertos casos, pueden convertir la educación durante nuestros primeros años de vida en una experiencia muy negativa.

¿Cómo son las madres tóxicas?
Las madres, a causa de su rol tradicional de cuidadoras que aún se conserva en muchos países y en parte también por el vínculo especial de apego que establecen con los hijos durante la lactancia, son un elemento fundamental en este aspecto, y su influencia en la crianza suele ser más determinante que la de los padres. 

Esas madres tóxicas que lo son de manera voluntaria o involuntaria y que, movidas por el amor o el propio interés, transforman la educación de algunas personas en un calvario, pueden dejar una marca en las personas criadas por ellas.

Madres tóxicas voluntaria o involuntariamente: sus características
Saber identificar los casos en los que alguien se comporta como una madre tóxica es muy importante para ponerle freno a la situación y hacer que esta persona adulta re-aprenda a educar de manera adecuada. 

1. Fijación con los roles de género
Algunas madres tóxicas lo son porque sienten que deben pasar a sus hijas el legado cultural de lo que se supone que representa ser mujer. Es por eso que, sin darse cuenta, presionarán a sus hijas para que adopten una actitud sumisa ante los hombres y para que conciban las tareas del hogar como una responsabilidad suya (independientemente de sus preferencias reales). 

Normalmente las figuras paternas tóxicas extremadamente conservadoras no se preocupan tanto en educar a sus hijas en este sentido, sino que dejan esta tarea a las madres.

2. La ilusión del "príncipe azul"
Un problema derivado del anterior es que las madres tóxicas de perfil muy conservador educan a sus hijas en la idea de que no serán felices sin un hombre a su lado. 

De este modo, se las educa para que sientan tristeza y pesar si por el motivo que sea se encuentran solteras durante un tiempo que estiman excesivo, y llegan a involucrarse en relaciones de pareja simplemente para escapar de la soltería.

3. Personalidad controladora
Esta es una característica de las madres tóxicas que se plasma en su modo de educar a hijos e hijas. En estos casos, las madres acostumbran a dar por supuesto que como figura materna deben tener la máxima responsabilidad de la educación de sus hijos e hijas, hasta el punto de que estos últimos no tengan ninguna capacidad de decisión sobre lo que hacen. 

Por supuesto, se trata de una idea muy perjudicial que alimenta una dinámica de relaciones en la que cualquier elección debe pasar por la madre, dejando a los pequeños sin la posibilidad de aprender a ser autónomos y aprender de sus aciertos y errores.

4. La proyección sobre los hijos e hijas
Esta es una característica que comparten tanto las madres tóxicas como sus análogos masculinos: la tendencia a creer que su descendencia ha de llegar a ser el "yo ideal" que ellos nunca llegaron a ser. 

Es por eso que, en ocasiones, muchos padres y madres apuntan a sus hijos a una cantidad tal de actividades extraescolares que estos últimos terminan exhaustos y sin tiempo ni ganas que dedicar a lo que les gusta de verdad.

Además, como las madres tóxicas y los padres tóxicos perciben a su descendencia teniendo en cuenta siempre el hecho de que pertenecen a una generación, se plantean esto como una carrera contra el tiempo: quieren hacer que sus hijos sean perfectos en el mínimo tiempo posible. 

Por eso, en ocasiones, empiezan a "entrenar" ciertas capacidades de estos cuando son muy pequeños, antes de los 7 u 8 años, y les obligan a seguir practicando a lo largo de los años.

5. El desconfiar de los amigos
Algunas madres tóxicas pueden llegar a asumir tanto el rol de mujer protectora que prohíben a sus hijos e hijas entablar una amistad con personas que consideran sospechosas, aunque sea por su simple apariencia. 

Esto, por supuesto, produce una frustración intensa en los pequeños, que pueden aprender que las amistades se llevan en secreto, creando así un cerco entre el círculo de amistades y la familia que en la vida adulta puede conllevar el aislamiento de este último.

Además, en algunos casos, los criterios por los cuales se establece que un amigo o amiga es aceptable llega a ser una muestra de racismo, con lo cual se inculcan a su descendencia este esquema mental discriminatorio ya desde sus primeros años.

6. Actitud pasivo-agresiva
Las madres tóxicas no se adaptan al hecho de que el modo en el que tratan de educar sea rechazado totalmente, y seguirán intentando comportarse como al principio, sin aprender de la experiencia. 

Lo que sí suele cambiar es su estado de ánimo, que acostumbra a pasar a ser el de una persona frustrada que renuncia a cambiar de estrategias para ver si se obtienen mejores resultados. Normalmente, en estos casos en necesaria la ayuda de otra persona para que estas madres vean con perspectiva que su malestar puede ser mitigado intentando cosas nuevas.

7. Indiferencia
Existen madres que, en vez de ser controladoras, son exactamente lo contrario. En muchas ocasiones disfrazan de permisividad lo que en realidad es indiferencia o pocas ganas de gestionar choques de intereses entre ellas y los pequeños. 

El resultado de esto suelen ser pequeños que presentan el Síndrome del Emperador y, de adultos, personas indefensas en la vida adulta, que caen fácilmente en la frustración y con baja tolerancia a las situaciones generadoras de ansiedad.