jueves, 9 de julio de 2015

CUANDO PAPÁ Y MAMÁ DISCUTEN

PSICOLOGÍA Y SALUD

CUANDO PAPÁ Y MAMÁ DISCUTEN

Papá y mamá a veces discuten. Les oigo, les miro….y pienso, casi sin darme cuenta, “¿qué he hecho mal?”. Me pongo nervioso y un poco triste. Un día me encerré en mi habitación para no escucharles porque me asusta verles así. Y tres o cuatro veces gritaron fuerte, esa noche sí que dormí fatal”.


Cada niño puede tener una percepción muy diferente sobre las discusiones que ve u oye de sus padres. Los niños viven las discusiones de manera muy diferente a como lo hacemos los adultos. Para nosotros una discusión puede ser una simple tontería que luego olvidamos, un roce “normal” en el día a día de la pareja, pero a los pequeños puede ocasionarles dudas, temores, nerviosismo o preocupación.

Los niños normalmente no están preparados para entender los desacuerdos cotidianos de los adultos, les falta información y recursos para procesar lo que está ocurriendo.

Los padres son el referente y la seguridad para los niños, y ante una discusión ellos pueden sentir que su mundo seguro se tambalea por un momento. 
Tienen una gran fantasía en la que fabrican un juicio rápido sobre lo que está ocurriendo y suelen sacar conclusiones precipitadas, incluso dramáticas, e irreales, lo que les hace sentir gran inseguridad.

Algunos niños pueden notar que los padres “se controlan” porque está el pequeño delante, entonces se autonombran reguladores de sus rencillas y temen no estar presentes en alguna disputa por miedo a qué va a ocurrir. Una gran carga para el pequeño.

Es normal que las diferencias entre la pareja puedan terminar en discusión sin importancia, pero es de vital importancia cuidar a nuestros hijos en estas situaciones:

  • Evitar discutir en su presencia. Los temas de pareja se tratan en privado. Por pequeños que sean, los niños SI SE DAN CUENTA de lo que está pasando.
  • Si no se ha podido evitar, mostrarles nuestra reconciliación, no hay nada que les reconforte más que ver a sus padres sonreír y hablarse con tranquilidad. Pedirles disculpas por discutir delante de ellos.
  • No involucrar a los hijos ni hacerles que tomen partido de la discusión y menos obligarles a ponerse de parte de uno u otro.
  • Atención a los comportamientos. Cuando estamos enfadados podemos dar portazos, golpes, tener malos gestos, desprecios, miradas acusadoras, etc. Los niños perciben todas estas actitudes y las aprenden, además, como la manera correcta con la que tienen que afrontar sus discusiones con otros.
  • Cuando las discusiones van en aumento, son más intensas y notamos que perdemos el control y estamos creando un ambiente familiar de tensión que puede estar repercutiendo en el bienestar nuestros hijos, es el momento de tomar medidas ya que siempre irán a más.

Los hijos incluso pueden pensar “¿qué puedo hacer para que mis padres no discutan?”

REGLA DE ORO:  Por encima de toda discusión que pueda haber entre papà y mamá, es de máxima prioridad decirle a los niños que NO ES POR SU CULPA, que las discusiones son COSAS DE ADULTOS en las que ellos no tienen NADA que ver
“Hijo, esto no tiene nada que ver contigo, es un tema de papá y mamá. Es normal que no estemos de acuerdo en todo”. 















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