viernes, 3 de julio de 2015

LAS PALABROTAS. ¡ESO NO SE DICE!



PSICOLOGÍA Y SALUD
LAS PALABROTAS. ¡ESO NO SE DICE!

A partir de los 4 ó 5 años  empiezan a parecerles  graciosas las palabras relacionadas con los genitales y los excrementos. El mero hecho de decir: caca, poto, pedo, pis les provoca la risa.

En estos  primeros años, decir palabrotas se convierte en algo cotidiano, les resulta divertido y saben que serán el centro de atención., pero más tarde pasamos a insultos un poco más fuertes que escuchan de compañeros en el colegio, en el parque o en los programas de televisión y también aunque nos duela leer esto, de nosotros mismo en la casa, y que después repiten por imitación. Tenemos que evitar que las palabrotas se conviertan en un hábito.

insultos-y-palabrotas-300x380

¿Cómo afrontar esta situación?

Tanto si nos reímos como si regañamos con exageración o no dando ninguna importancia al tema conseguiremos que las palabrotas se incorporen al vocabulario de nuestros hijos. Por tanto, consideraremos esta conducta como cualquier otra y le daremos la importancia adecuada, sin exagerar ni dramatizar.

Es muy importante enseñar a nuestros pequeños un lenguaje apropiado para cada momento.

No digas palabrotas en nuestra casa los adultos, no olviden que somos un constante ejemplo y modelo a seguir de nuestros hijos. Si se les escapa una palabrota delante del niño, podemos sonreír y pedir perdón diciendo: “no pasa nada, no lo volveré a decir. “

El castigo en el momento inicial puede convertirse en un reforzador de palabrotas.

¿Cómo respondemos ante una palabrota que encierra provocación?

Podemos hacerle saber que, a nosotros, ese tipo de palabras no nos apetece escucharlas y que puede marcharse a su habitación a decirlas. Después encenderemos la televisión, la radio, pondremos música, haremos una llamada telefónica… cualquier acción que le haga ver que no tenemos ningún interés en seguir escuchando sus palabras malsonantes.






















No hay comentarios: